martes, 22 de septiembre de 2015

Lo que aprendí sobre la costra láctea

   La costra láctea es un tipo de dermatitis que aparece en la cabecita del bebé y hace que se vea la piel rugosa y escamosa. Suele presentarse en recién nacidos pero puede observarse en niños hasta los 3 años de edad. A veces es más localizada en un área reducida y otras veces, como en el caso de mi Gansi, hace que todo el cuero cabelludo de tu peque adquiera la textura de un balón de baloncesto, siendo normal inclusive que aparezca en las cejas, pestañas, orejas u otras partes del resto del cuerpo.

   Se le llama así porque tiene aspecto de costras y es más habitual en bebés lactantes, pero no quiere decir que los bebés que tomen lactancia materna sean más propensos, ni que se vaya a solucionar dándole al bebé leche de fórmula.




   Por supuesto, no les sale a todos los bebés, ni con el mismo aspecto o intensidad en aquellos a los que les sale.

   Si no sabes esto, si no sabes que a tu bebé le puede aparecer y que es perfectamente normal, podrías asustarte y preocuparte mucho, porque los casos más severos pueden tener mala pinta. Pero no es nada alarmante, ni contagioso, ni quiere decir que no laves bien o con suficiente frecuencia a tu peque (¡que no mami! ¡que no es culpa tuya!).

   No se sabe a ciencia cierta qué causa la costra láctea, pero todo parece apuntar a una producción natural de sebo del propio cuerpecito del bebé, que en la mayoría de los casos, al igual que ocurre con las “engordaderas” o granitos que aparecen asociados a la lactancia en las primeras semanas de vida, desaparecen por sí solos.


   La elevada producción y acumulación de grasa en los bebés es beneficiosa puesto que les ayuda a regular su temperatura. También hay que tener en cuenta que los bebés nacen cargados de hormonas de su madre y tardan un tiempo en regularse. Tanto es así que es habitual que las niñas manchen el pañal con una especie de regla al poco de nacer (esto sí que asusta, por mucho que sepas que es normal), o que se le inflamen los pechos. Vamos que entre la regla, los pechos inflamados y los granitos parece que los pobres nacieran en plena adolescencia...


 "Mi madre no me entiende Tete..."

   Así que si ves que a tu bebé le aparece, no te alarmes, no hace falta que vayas corriendo a urgencias, de hecho a tu peque ni siquiera le molesta, como mucho podría picarle un poquito, pero sobre todo, no vayas a intentar quitarla con métodos agresivos ni levantar las costras.

   Aunque finalmente la costra se vaya sola, y en la mayoría de los casos no sea necesario tratarla en absoluto (a no ser que se infecte o se complique de alguna manera), puedes acudir a tu médico para que te recomiende alguna crema para suavizarlas y reducir el posible comezón, o puedes probar con remedios naturales.

   Lo que sí te puedo decir, por mi experiencia, es que nada (al menos de lo que yo haya probado) lo va a quitar de la noche a la mañana.

   Si decides no tratarla, es mejor que aprendas a convivir con ella, porque puede ser bastante antiestética y no te recomendaría caer en la tentación de abusar de pañuelos o gorritos para ocultarla, ya que cuanto más le de el aire mejor. Incluso es posible que alguna persona poco informada se acerque con preocupación y te pregunte qué le paso a tu pobre bebé. A estas personas que ni saben lo que es la costra láctea (ni tienen por qué) ni que es algo normal, mejor decirles que se lo está tratando el médico para no evitar conflictos, ya que en mi caso cuando decía que no le hacía nada a mi peque para quitársela me miraban con cara de no saber si llamar a servicios sociales.

   Y en cuanto a remedios más naturales, también probamos algunos, sobre todo cuando vimos que recién le había salido y nos preocupamos porque no sabíamos de qué se trataba (y en nuestro caso era algo bien feito, y muy visible ya que mi Gansi tenía muy poco pelo). No nos fue mal con el aceite de oliva, aceite de almendras dulces, champú muy suave (a ser posible no jabonoso), cepillado diario suavemente, mucha paciencia y finalmente esperar a que decidiera irse por sí sola.

   Como dije antes, lo más probable es que el bebé ni se entere, sólo en algunos casos más severos pica, y es en estos casos cuando debemos tener la precaución de vigilar que las uñas de nuestro peque estén bien cortitas para que si se rasca no se haga heridas o cause posibles focos de infección que podrían agravar aún más el problema. Si se deja (mi peque no los quería ni en pintura), ponerle guantecitos de algodón.

   La verdad es que nosotros tuvimos la mala fortuna de que a mi peque le salió una costra láctea algo severa y encima engordaderas, así que mi bebé se llevó una temporada con un aspecto tan de sapito que la gente empezó a cuestionarse si no le estaría sentando mal algo, y por supuesto el sospechoso número 1 era la leche materna. Incluso de haber sido así (que no lo era), me resultaba chocante que los demás no entendieran que el beneficio para mi peque era tan grande que compensaba con creces esta pequeña fase antiestética.
 


  Quizá si habláramos con menos tapujos de algunos tabúes de la maternidad, en lugar de idealizarla tanto, no nos llevaríamos tantas sorpresas (y sustos) las mamás primerizas...

martes, 15 de septiembre de 2015

Arreglarse y verse mona cuando tienes un bebé

  Cuando tuve a mi bebé me volqué tanto en su cuidado que me olvidé completamente de mí misma. No prestaba atención a lo que comía, a lo que llevaba puesto, a si me había peinado o duchado siquiera. Me miraba al espejo y no me reconocía, sólo veía unas ojeras moradas sobre un fondo amarillento, todo enmarcado por una maraña de pelo que se caía a manojos.




   Si me cruzaba con alguna madre con su bebé perfectamente dormido en su carrito, y ella despampanante con ropa monísima, maquillaje y pelo planchado, no me lo podía creer, pensaba “¿cómo lo hace? Debe ser que lo deja llorar mientras se arregla, no hay otra, y además un buen rato porque ese look no se consigue en 5 minutos...”

   Y ciertamente en ese momento no veía otra explicación posible dada mi situación, no entendía que pudiera haber otra alternativa. Para poder sacar tiempo para arreglarme, o tan siquiera ponerme algo que no fuera un chándal viejo y combinara, me veía teniendo que dejar llorar a mi peque un rato largo, cosa a la que no estaba dispuesta, porque mi bebé necesitaba contacto constante y hacía tomas de pecho que se me hacían eternas y muy continuas.

   Pero cuenta la leyenda que existen bebés que de verdad no dan ruido, que los puedes dejar en el carrito o en la cuna durante horas y duermen, duermen, duermen, y por la noche duermen aún más. Algunos sacian sus necesidades afectivas en brazos que no son los de su madre. Y luego está, claro, quien dice: “está comido y cambiado, pues si llora no le pasa nada, déjalo”, y hay bebés que lloran un poco y paran cuando ven que no se les atiende, y otros que se desgañitan hasta ponerse morados.

   Y aunque reconozco que me daba cierta envidia ver mujeres super arregladas paseando un carrito como si en vez de haber tenido un bebé les hubiera tocado una muñeca chochona en la tómbola, y prefería evitar mi reflejo en el espejo, pensaba que nada de eso tenía la menor importancia, lo principal era que mi bebé estuviera bien y tuviese todas sus necesidades cubiertas, aunque en mi caso, había veces que era desesperante intentar averiguar qué era lo que le podía faltar a mi peque, cuál era el motivo de tanto llanto, si le había dado todo lo que estaba en mi poder darle para su satisfacción.

  Pero sí que tiene importancia, cuidarnos, vernos bien, vernos buena cara, más de lo que imaginamos, y tenía que haber sacado un momento para mí misma como fuera, ojalá en aquella época hubiera sabido cómo, me hubiera ayudado mucho a superar la depresión postparto que nunca llegué a reconocer que tenía. Me llegué a sentir como poco más que un saco de carne relleno de leche.

   Así que sí, creo que es importante cuidarse, descansar, comer bien (y sano) y arreglarse un poco cuando tienes un bebé, al fin y al cabo, una mamá contenta y descansada estará en condiciones más óptimas de atender a su peque. ¿Pero cómo es posible sin desatender a nuestra criatura o confiar su cuidado a otra persona?

   Bueno, si tienes a alguien que te sostenga a tu peque un momento de vez en cuando, mejor que mejor. Ya anteriormente publiqué unos truquitos para apañárselas un poco mejor cuando te toca un bebé de alta demanda, que necesita contacto constante, que parece nunca estar satisfecho con nada, que no atiende a horarios ni al “cuándo le toca comer”, que siempre está protestando y que rompe a llorar con todas sus fuerzas de repente, sin explicación aparente, cuando parecía que estaba tan bien.

   Para completarlo, añadiré:

  • No dejes nada para luego si tienes la oportunidad de hacerlo en ese instante, y ponte siempre en primer lugar. Si tienes una ocasión para hacer algo, aunque sean 5 minutos, aprovéchalos de inmediato y dedícatelos primero a ti. Por ejemplo, a planificar tu vestuario del día siguiente o de los próximos días.

  • Ponte a ello aunque parezca que necesitarás más tiempo, hay muchísimas pequeñas cosas que se pueden hacer en 5 minutos. Pero sé realista, si necesitas depilarte las piernas, por ejemplo, elige el método más rápido, no te vayas a poner a calentar la máquina de la cera.

  • No seas tan perfeccionista. En lo que a la casa se refiere, recoger sin pararse en exceso cunde más que tratar de que todo quede perfecto y al final dejarte la mitad de cosas por hacer. En caso de cuidado personal, un maquillaje sencillo o la cara lavada con hidratante es mejor que nada (y mejor que tener que salir con un ojo maquillado, con el eyeliner perfectamente aplicado, y el otro ojo limpio).



  • Apunta todas las microtareas que vayas dejando pendientes en el momento que ves que necesitan ser llevadas a cabo, para no olvidarlas en cuanto que te surjan esos 5 minutos (los “paluegos”, vamos).

  • No esperes para hacer todo a que tu peque duerma. Aventúrate a hacer lo que puedas con tu bebé en brazos, incluso mientras le alimentas. Deja para cuando duerma aquellas tareas que no puedes hacer llevando a tu bebé, como darte una ducha, aunque hay quien se las apaña hasta para ducharse metiendo al peque en un portabebés apto para el agua (aporte de Mavaca). Al principio parece difícil pero luego verás que da la sensación de que en ocasiones te saliera otro brazo, incluso puede que desarrolles habilidades espectaculares con los pies ¿quién sabe?


  • Si tienes que salir de casa, trata de calcular el tiempo que tardará tu peque en hacer una toma de pecho (es difícil, lo se) y dale justo antes de salir. Yo lo evitaba pensando que al montarse en el coche podría vomitar o algo, pero peor es que le entre hambre cuando estáis en medio de la travesía o justo cuando ya vas tarde para salir. No temas darle a tu bebé demasiado el pecho, nunca es demasiado. Si vomita no quiere decir que sea porque haya comido demasiado, los bebés vomitan, algunos tienen reflujo, pero la succión del pecho es necesaria, y si no quiere comer no te va a coger el pecho o no lo va a chupar, así que si al ofrecérselo lo hace es porque en ese momento sí le apetece.

  • No temas coger demasiado a tu bebé en brazos. Los bebés no se acostumbran a los brazos, ya nacen acostumbrados, lo que puede pasar es que se desacostumbren si no se los ofreces, pero a algunos les da más igual que a otros. Te aseguro que probé de todo para que mi bebé no se acostumbrara a estar en brazos y nada funcionó porque necesitaba contacto, y mucho, además el sitio de un bebé es en los brazos de su madre, y si no lo coges, pues eso que te pierdes. Me pasé meses oyendo lo típico de “luego no te va a dejar que hagas nada”, y pensando “¡pero si ahora ya no puedo hacer nada!”. Usa un portabebés para tu comodidad.

  • Cuanto antes pierdas los prejuicios de darle el pecho a tu bebé donde sea y como sea, antes disfrutarás el salir a la calle. Si tienes que salir corriendo a esconderte cada rato, para eso mejor no salgas.
   Y de momento eso es todo lo que se me ocurre. ¡Se aceptan aportaciones!

sábado, 5 de septiembre de 2015

Cómo organizarse con un bebé de alta demanda

   Lo primero que tienes que tener claro, si te ha tocado un bebé de alta demanda, es que tú sola no puedes. Ya es difícil atender sola a un bebé tranquilo o bajo demandante, cuanto más a uno que demanda el 100% de tu atención el 100% del tiempo y aún no le es suficiente.

   Incluso las valientes abuelas que criaron familias enteras ellas solas, realmente no estaban tan solas, no vivían como ermitañas en lo profundo del bosque, sino que se forjaron una tribu (de lo que ya hablaré más adelante), bien con algún familiar, vecina o los propios hijos mayores que ayudaban con los pequeños. Pero en fin, no se puede comparar, eran otros tiempos, una época en la que cualquier vecina te veía por la calle y tenía la misma autoridad para darte una colleja si consideraba que te estabas portando mal (no digo que apruebe esto, ni mucho menos) que para darte un bocadillo. Hoy en día, esto ni se concibe posible, en un mundo de núcleos familiares aislados en los que los vecinos se saludan pero pocas veces llegan a más, y en la que no es seguro dejar a tus hijos pequeños solos en la calle.

   ¿Necesitarás ayuda con tu bebé? ¡Pues no! Salvo en momentos de agobio extremo en que precises que alguien lo meza unos instantes para recobrar el aliento y la serenidad, con lo que te tendrán que ayudar es con todo lo demás: cuidado de otros hijos, tareas domésticas, recados y gestiones, ya que tu bebé reclamará contacto y atención las 24 horas.

   Los bebés de alta demanda no se quedan solitos en su cuna, no lloran un poquito y luego se conforman, no comen cada 3 horitas, no duermen varias horas seguidas y mucho menos del tirón.

  Así que si vas a tener un bebé, por si acaso te saliera altodemandante, mejor que tu pareja se vaya mentalizando del arduo trabajo que le espera, o bien ve pensando en cómo podrías agenciarte alguien que te eche una mano, aunque sea en momentos puntuales, ya sea familiar o pagado (hoy en día se está extendiendo mucho el acudir a las llamadas “madres de día”), y si no tienes pasta y vives en un sitio en que no conoces a nadie, tu familia está lejos y tu pareja (si la tienes) trabaja de sol a sol, tendrás que aprender a convivir con el caos en tu hogar, al menos durante una temporada.


 
   En cualquier caso, no está todo tan perdido. Aquí he recopilado algunos consejos que te podrían ayudar a organizarte sola (solo, en caso de que seas padre soltero de un bebé pequeño), especialmente si tienes un bebé de alta demanda. Quizá a muchas personas esto les va a parecer exagerado, pero quien tiene este tipo de bebés lo entenderá.

  • Acostúmbrate a hacer cosas con tu bebé en brazos. Estos bebés necesitan contacto físico constantemente, y acceso permantente al pecho si son alimentados con lactancia materna. Así que si tenías en mente la imagen de verte a ratitos sentada en una preciosa y fina mecedora dando el pecho para luego depositar a tu bebé en un moisés y marcharte a lo que sea que tengas que hacer hasta la siguiente toma, vete olvidando. Al principio es complicado, pero luego vas adquiriendo destreza y te sorprenderá la de cosas que puedes hacer con una sola mano.

  • Usa ropa que puedas quitarte con una mano a la hora de ir al baño (sí, tu bebé también te acompañará en estos ratitos). Nada que sea muy difícil de desabrochar. Puede que tengas a tu bebé pegado al pecho el día entero y cuando te des cuenta lleves 6 o 7 horas sin ir al baño. Te recomiendo usar prendas bien cómodas.

  • Usa un fular o portabebés (ergonómico, por favor). Esto te facilitará la tarea de tenerlos en brazos sin que tu espalda sufra, y te dejará las dos manos libres.

  • No te agobies si ves que no puedes ponerte un despertador o levantarte antes que tu bebé. Los peques de alta demanda suelen notar la ausencia de su madre y despertarse al mínimo ruido. Pero oye, lo puedes intentar...

  • Intenta usar el coche lo mínimo posible. Aquí no podrás llevar a tu bebé en brazos y como consecuencia los viajes se harán eternos suplicios de gritos y llantos desde el mismo instante en que coloques a tu peque en su silla. Si no tienes más remedio que coger el coche, prueba a cantarle, ponerle música, algún vídeo que le guste, con dibujos animados, dejarle algún juguete en las manos... No te angusties si nada de esto te funciona, simplemente respira hondo y haz paradas frecuentes si tu destino está lejos.


     "¡No quiero ir en cocheee....! ¡Ostras! ¡Temazooooo!"

  • Aprovecha las microsiestas de sueño profundo de tu bebé para hacer todo aquello que no puedes hacer cuando le tienes en brazos, como darte una ducha rápida (champú 2 en 1 para no perder el tiempo con el suavizante, y probablemente no tengas tiempo ni de aplicarte cremas), vestirte o asearte un poco.

  • No te exijas demasiado. Ahora tu prioridad es atender a tu peque (sin desatender a otros hijos que ya tengas) y a ti misma, todo lo demás tiene que pasar a segundo plano.

  • Por una parte planificar con un bebé de alta demanda es esencial y por otra imposible. Me explico, con un bebé así todo tiene que ser sobre la marcha porque son imprevisibles, no sabes a qué hora estará dormido o despierto, si ese día aceptará que le bañes o le vistas de buena gana o tendrá un día especialmente delicado, si tendrás 5 minutos para ducharte o a qué hora serán, ni siquiera si será un buen día para salir a la calle. Lo que sí te recomiendo hacer es una lista de tareas pendientes ordenadas por prioridad e irlas haciendo en cuanto tengas ocasión. Planea menús semanales o mensuales, deja comidas hechas con toda la antelación que puedas, bocadillos de merienda desde por la mañana si hace falta, y planifica tu vestuario para sólo tener que ponerte la ropa (o a tus peques mayores) sin pensar mucho. Ten suficiente dinero efectivo para no tener que hacer visitas frecuentes al banco. Y hazte una agenda con los eventos que tengas pendientes, y recordatorios con suficiente antelación de todas las cosas que tengas que tener previstas para esos eventos (comprar regalos o ropa para la ocasión, hacer llamadas telefónicas, etc.). Posiblemente la falta de sueño te haga tener la cabeza en las nubes, así que la previsión siempre es buena.

   Espero que esto sirva de ayuda y traiga paz y orden al caos que se genera cuando la llegada de un bebé de alta demanda rompe todas nuestras espectativas. 

   Si tienes alguna otra aportación, estaré encantada de recibirla.