miércoles, 24 de diciembre de 2014

Diario de embarazo: el desenlace (Parte 1)

Semana 7 

   Aún no tengo los resultados de la analítica. La espera me está volviendo loca. ¿Y si voy a urgencias y digo que me duele un montón y así me miran? No, no sirvo para mentir, además, tengo muy mal recuerdo de la vez que estuve en urgencias por lo de mi primer huevito, me trataron fatal. Mejor voy a un privado. ¡Vaya pasta! Me parece que estas navidades el jamón tendrá que ser imaginario, total, con un poco de suerte igual no lo cato en un tiempo. Ecografía vaginal y... ¡Ahí está! ¡En su sitio! ¡Sólo un embrión! (vaya alivio jejeje). Se ve el saquito y el pegotito del embrioncillo. Es muy pequeñito, aún sin forma definida, una habichuelita... ¡latiendo! ¡Qué emoción! Va a ser verdad y todo... Haber podido escuchar el latido ha sido un gran alivio, aunque sé que aún es pronto y pueden pasar muchas cosas. Intento no pensar en todo lo negativo que puede pasar, pero no puedo evitar que las ideas vengan solas a mi mente. Aunque ahora el miedo es diferente. Antes temía más por mí, porque me tuvieran que operar en caso de ectópico, y ahora temo por esa habichuelita. Me estoy empezando a ilusionar y no quisiera que este sueño se terminara. Me llaman de la Seguridad Social: ¡enhorabuena! ¡Es evolutivo!... A buenas horas... Vamos a tener que empezar a dar ya la noticia. Decidimos que se lo vamos a decir primero a Gansi. Aunque lo recomendable es dar la noticia del hermanito más adelante por varias razones, entre ellas, que para los niños varios días ya son un periodo de tiempo muy grande, cuanto más 9 meses. Además, si algo fuera mal, no sabríamos cómo explicárselo ni cómo se lo iba a tomar. Igualmente, decidimos que se lo vamos a decir, porque cuando empecemos a dar la noticia todo el mundo le va a empezar a decir que va a tener un hermanito, y que lo va a tener que cuidar. Lo que le decimos es que mamá tiene un bebé en la barriguita. La verdad es que se lo toma fenomenal. Es el momento de decirlo a los más allegados. ¡Nadie se lo esperaba! Ni nosotros, la verdad... Parece que estoy manchando, bueno, no dura mucho y es poca cantidad... ¿cuándo debería preocuparme e ir a urgencias? La verdad es que se me pasa de todo por la cabeza...


Semana 8 
  
   El retorno de Culozzilla. Barriguita poca, pero el culámen se me está descontrolando. Y de todos los síntomas que podría tener me tenía que tocar el estreñimiento, pero una cosa bárbara. No tengo molestias, ni especial cansancio (aunque por la noche me entra sueño, pero también es que tengo mucho ajetreo con la casa y el trabajo), ni mareos, ni antojos, ni me molestan los olores. Lo único que podría decir que noto es ese estreñimiento ocasional con retortijones tan bestias que me dan hasta contracturas musculares. Hay momentos que lo paso tan mal que casi preferiría las nauseas. Debería comer más fibra. Aquí otra de las perlas de mi Gansi, su ocurrencia de ir por ahí diciendo: “A mi mamá no le sale la caca porque tiene un bebé en la barriguita”... Otra de las cosas que podría decir que noto son molestias en los pechos cuando mama Gansi, a veces muy leves y a veces bastante fuertes. Oye, pues parece que estoy ensanchando, empiezan a no abrocharme algunos de mi vaqueros (ya era hora...).


Semana 9 

    De verdad que en mi anterior embarazo me recuerdo más tripona, pero al fin y al cabo hace ya 4 años de eso, igual es que no me acuerdo bien, o quizá es que me pilló pesando 5 kg más que ahora. Ya sólo me queda bien el más ancho de mis vaqueros. Me estoy empezando a aburrir de llevar los pantalones desabrochados, pero creo que aún es pronto para la ropa premamá. Por cierto, ¿cuándo es el momento para empezar a llevar ropa premamá? Esto da para otra entrada... Decido sacar mi caja de ropa premamá. A todas partes no puedo ir en chándal. ¡Madre mía! ¡Qué poca variedad! No puedo creer que me apañara sólo con esto, voy a tener que ir de compras. Me concedo probarme mis vaqueros premamá. Evidentemente aún hay mucho que rellenar, pero la comodidad es innegable. Ains... ¿irá todo bien por ahí adentro? Aún faltan 4 semanas para la próxima revisión...


Semana 10 

    Ya se que dicen que cada embarazo es diferente, y que es absurdo comparar, pero es absolutamente inevitable. Sólo al mirarme al espejo ya me veo diferente. Recuerdo que en el embarazo de mi Gansi tenía una tripilla redondita y hacia afuera, y esta vez parece que va más a lo ancho, como si toda yo estuviera engordando, no sólo la barriga. ¡Claro que estoy engordando! Estoy comiendo como una bestia, y encima se acercan las navidades y me han regalado un cargamento de roscos de azúcar y pestiños enmelados. Las barras de turrón no me duran ni un par de días (sin ayuda), y los polvorones también están cayendo que da gusto. Así me veo, deforme perdida. También recuerdo orinar más, levantarme por las noches con unas ganas tremendas de ir al baño, tanto que me despertaba de las ganas que tenía, y mucha sed. Otra cosa que echo en falta (aunque en realidad no lo echo de menos para nada) son los ardores nocturnos y la acidez que me daban ciertas comidas. Ahora lo cierto es que tengo unas digestiones buenísimas. Me preocupa incluso no sentir nada. ¡Qué ganas de sentir movimiento! Con mi Gansi lo empecé a sentir en la semana 14. Esta mañana me ha dado la sensación de que al mamar Gansi no me molestaba tanto, quizá mi cuerpo ya se está acostumbrando. ¡Pero qué desinflada me veo la barriga por las mañanas! Voy al baño... sangre. Bueno, no es mucha, pero tengo un mal presentimiento. Creo que es mejor que nos vayamos a urgencias. El Ganso piensa que lo que quiero es que me hagan ya otra eco porque no puedo esperar, pero no es cierto. Al fin me atienden en urgencias, me hacen la eco, pierdo el conocimiento. Aún no me han dicho nada, pero yo ya lo sé...

Continuará...





No hay comentarios:

Publicar un comentario