domingo, 30 de noviembre de 2014

La magia de la infancia

   Y seguimos con las reflexiones, estoy en modo profundo.

   Resulta que hace un tiempo leí un post acerca de una mujer que estaba harta de hacer que la infancia de sus hijos fuera mágica. Por los comentarios que leí vi que muchas de las personas que lo leyeron lo interpretaron como una crítica a todas esas madres que se desviven por hacer manualidades con sus hijos, decorar la casa y las habitaciones de los niños como si se tratase de un catálogo y preparar tartas y galletas.

   Quizá me equivoque, tal vez necesito leerlo unas cuantas veces más, pero yo lo que vi fue a una mujer estresada por tratar de alcanzar una especie de absurdo estándar autoimpuesto, cuyo objetivo final era que cada minuto de la vida de sus retoños fuera feliz y mágico.

   Para que te den el carné de madre no hace falta aprobar asignaturas como: manualidades, repostería, costura, decoración de interiores y organización de fiestas y eventos. Cada persona es diferente y tiene unas habilidades diferentes. Si se te da bien y te gustan todas estas cosas, perfecto (y menuda suerte la tuya, oye, que ya quisiera yo), pero si no, seguro que puedes encontrar otra manera de crear esa magia para tus peques.

   En Internet se pueden encontrar millones de ideas para hacer manualidades y actividades con los niños, pero no significa que haya que hacerlas todas, son sólo eso, ideas, algunas más sencillas, otras más elaboradas, algunas más económicas y otras más costosas, pero lo importante es hacer cosas juntos.

   Si lo tuyo es la costura, tus peques irán preciosos con la ropita que les hayas hecho, y se lo pasarán pipa con los disfraces caseros que les hagas. Pero si no, no te preocupes, quizás a tu peque ni siquiera le gusta disfrazarse, y si le gusta, echándole imaginación te puedes apañar con cualquier cosa: pintar una careta en una cartulina o un plato de plástico, enrollaros cualquier trapo en el cuerpo, maquillaje (no hace falta que quede como en el anuncio), etc. Mi peque se transformó en super héroe toda la tarde usando un trapo a modo de capa.


 Lo importante es intentarlo...

   Si te va la decoración, la habitación de tu peque parecerá un reino de fantasía, y si no, pues habrá que sacar la fantasía de otra parte, y procurar que esté todo lo limpia y recogida que puede estar la habitación de un niño pequeño.

   Y si se te da bien la repostería quizá puedas organizarle a tu peque una fiesta temática de cumpleaños inolvidable, con todos los dulces hechos por ti, todo lleno de farolillos y por supuesto a juego, y todo eso sin apenas despeinarte, porque te encanta y lo haces de arte. Pero si todo esto va a suponer que tu peque recuerde esa fecha como el día en que su madre no le hizo caso ni un minuto porque no salía de la cocina, no paraba de recortar farolillos porque no había manera de que le salieran iguales, y se quedó despierta hasta las tantas maldiciendo sapos y culebras porque los cake pops no le quedaban como en Pinterest, pues mejor no lo hagas, prepara algo más sencillo o si te lo puedes permitir llévalos al parque de bolas que te lo hagan todo, que ellos se lo van a pasar pipa y tu relájate y disfruta y juega con tu peque a tope.




   En cuanto a viajar, pues es una oportunidad maravillosa para que tus peques conozcan lugares nuevos, se empapen de distintas culturas y visiten lugares mágicos. ¿Se acordarán cuando sean mayores? Si vais varias veces seguro, y si no os lo podéis permitir, yo por si acaso esperaría al menos a que tuvieran una edad que les permitiera disfrutar de todo lo que van a conocer. Y si la pasta no llega ni para eso (que la cosa está muy mala), pues seguro que hay muchas otras maneras de acercar a los peques a la cultura, mediante fotos, vídeos, y una visita cultural por tu ciudad o por tu pueblo, que seguro que también están plagados de maravillas.

   Es increíble lo competitivos que podemos llegar a ser, y quizá porque yo creo que nunca lo he sido, pero no hay cosa que me parezca más absurda. Prefiero mirar a los demás para inspirarme, para encontrar ideas nuevas o formas mejores, más prácticas y más sencillas de hacer las cosas, pero no para superarles, más bien para superarme a mí misma.

   Si preparas una fiesta para tu peque, hazlo pensando en lo que más le gustará y cómo se lo va a pasar mejor, no en que sea mejor, más vistosa y más ostentosa que la del vecino.

   En resumen, que no hay que querer compararse con nadie, ni pretender que se nos de bien todo. Es precioso y maravilloso que nos esforcemos, nos impliquemos y explotemos todas nuestras habilidades para hacer que la infancia de nuestros peques sea mágica, pero si todo esto te está suponiendo un estrés, y sobre todo, si no lo estás disfrutando, es que algo no estás haciendo bien. La magia no se puede forzar, debe surgir de forma natural y espontánea, y si te relajas y eres tú misma, verás como aparece sola.

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