domingo, 3 de agosto de 2014

La lactancia y el tamaño del pecho

   Es curioso cómo no había reparado en ello, pero me he dado cuenta de que cada vez que he visto representada una imagen de una mujer dando el pecho a su bebé, en la mayoría de los casos tenía pechos grandes. Pocas veces he visto imágenes de mujeres dando el pecho con menos de una talla 95.

   ¿Acaso tiene alguna relación el tamaño de los pechos con la lactancia?

   Puede parecer lógico, unos pechos grandes estarán cargaditos de leche como dos enormes alforjas, así es imposible que el niño pase hambre... pues resulta que la lactancia no funciona así.

   El pecho está compuesto por tejido muscular y grasa, no son sacos cuyo contenido se sustituye por leche. Algunos tienen más grasa y músculo y otros menos, y durante la lactancia no desaparecen para dar lugar a un reservorio de leche. Todos los pechos femeninos tienen sus glándulas encargadas de fabricar la leche, y los conductos por los que se transporta, independientemente de su tamaño.

   Creo que la confusión viene de la preconcepción de que el pecho funciona como una cisterna, que se llena y se vacía. Por eso muchas mujeres piensan que deben dejar un tiempo entre toma y toma para que se les puedan llenar. Pero en realidad, el pecho funciona más bien como un grifo, del que sale más o menos cantidad dependiendo de si lo abres más o menos, y siempre sale, aunque haga 5 minutos desde la última vez que lo has abierto.

   Y es que la producción de leche responde al estímulo de succión del bebé, y si bien es cierto que de no succionar en un tiempo se acumula un poco, no quiere decir que haya que esperar a que esto suceda para dar de mamar a los bebés.

   Junto con la leche, se segregan además unas sustancias que son inhibidoras de la producción láctea, y que cuanto más se acumula la leche, más se acumulan ellas también y hacen que cada vez se vaya produciendo menos, hasta que el bebé mama y vuelve a bajar su concentración, lo que hace que la producción aumente.

   En resumen, cuanto más toma el bebé, menos inhibición de leche y más producción. Y todo esto no tiene relación alguna con el tamaño que tengan los pechos.


 Imagen de http://lactarte.blogspot.com.ar/


   Ya he comentado en algún post anterior que no destaco por mi exuberancia, pero en ningún momento dudé de mi capacidad de alimentar a mi peque con mi propio cuerpo. Sin embargo, me llamaba la atención que otros sí dudaran, algunos más discretamente y otros con un descaro alucinante.

   Y resultó que mis pequeñinas estuvieron más que a la altura, porque mi bebé crecía y engordaba que a veces daba hasta susto. Y lo hacía no por la calidad ni cantidad de mi leche (que no era ni más ni menos la que debía ser), sino porque le correspondía por su constitución, pero de haber sido un bebé de percentil bajo, más de una mano entrometida hubiera señalado como culpables a mis pobres mandarinas.

  



   Los hombres no suelen meterse en estas cosas, a no ser que tengan mucha confianza con una o muy poca educación, pero las mujeres no se cortan un pelo. Cuando veían a mi peque con su cuerpecito lleno de roscas como el muñeco de michelín, y yo les decía que sólo le daba pecho, era inevitable, los ojos se les iban con pasmo a mis pechos, y su mirada lo decía todo, aunque a veces no hacía falta porque directamente me soltaban: “¿¿¿Con lo poquito que tienes???”... Pues sí, señora... Y a veces lo remataban con un: “Ains, pues debes tener muy buena leche”.

   ¡Claro! Poco pecho = poca leche, lo que pasa es que está muy concentrada ¿no?

   Para mí el hecho de que lo mismo me dijeran que mi leche era agua o que era leche condensada no hacía más que alimentar mi idea de que tenía que pasar de lo que los demás dijeran, ni consejos no solicitados, ni juicios.

   Así que si tienes poco pecho y por eso piensas que no vas a tener leche suficiente para tu bebé, olvídate de esa idea, es MENTIRA con mayúsculas, tendrás la leche que tu bebé necesite, porque tu cuerpo se preparará para ello.

   De hecho, el cuerpo ya se empieza a preparar durante el embarazo, y muchas mujeres notan cómo el pecho les aumenta una o dos tallas. Pero no siempre pasa, de hecho, yo no lo noté y aún así no tuve problema ninguno con nuestra lactancia. Lo que sí noté fue un par de días tras el parto, con la subida de la leche... ¡Boom! Que ni me reconocía en el espejo. Claro que no era así siempre, el volumen aumentaba o disminuía en función del tiempo que hacía que mi peque había mamado, y muchas veces me dejaba asimétrica, cuando mamaba más de un pecho que de otro.




   Y cuanto más grandes se me ponían, también más sensibles, así que no me podía permitir ponerme un sujetador push up y presumir temporalmente de escotazo, pero mira, ni falta que me hacía.

   Llega un momento en la lactancia en que el pecho no se siente llenar como antes, y es frecuente que muchas mujeres piensen que ya se han quedado sin leche, pero nos suele pasar a todas, y leche sigue habiendo, y mucha.

   No tengo ni idea de cómo se me quedarán una vez que mi peque se destete definitivamente, la verdad es que prefiero no pensar mucho en ello porque he oído historias para no dormir sobre que se me pueden quedar aún más pequeñas que antes, o fláccidas, o también he oído que se quedan igual pero blandurrias, no lo sé, pero cuando suceda aquí estaré como siempre para rebatir mitos.

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