domingo, 6 de julio de 2014

Y yo con estos pelos

   Nunca me ha gustado mi pelo, tampoco es que esté acomplejada, simplemente no me gusta, aunque a veces me han dicho que tengo suerte porque es un pelo “agradecido”. No llega a ser liso, pero tampoco tiene ondas bonitas, y es muy fino y tiende mucho a encresparse y despeinarse, se me engrasan enseguida las raíces y las puntas se me abren y resecan con facilidad.

   Yo tenía la esperanza de que en el embarazo se me pusiera una melenaza como esas que yo siempre había envidiado, el típico “pelo Pantene” que brilla, y aunque haga un vendaval se mueve pero vuelve grácilmente a su sitio, no como el mío que con la más leve brisa ya parece que hubiera metido los dedos en un enchufe.




   Dicen que durante el embarazo, con las hormonas, el pelo y las uñas cambian y se ponen más fuertes, y el cabello más espeso y bonito. La verdad es que en mi caso apenas fue perceptible, pero lo que sí noté fue el efecto del postparto.

   Lo que ocurre realmente es que no todo el pelo que tenemos nos crece, un pequeño porcentaje permanece en una especie de fase de descanso un tiempo hasta que se cae de forma natural cuando nos cepillamos, nos lavamos, y en mi caso hasta cuando estornudo se me caen un par de pelos. Y en el embarazo, con los cambios hormonales, esos cabellos “descansan” más tiempo y tardan más en caerse, con lo que da la sensación de que tuviéramos más pelo. Supongo que las mujeres con pelo más grueso y abundante lo deberán notar más, pero yo apenas noté nada.

   Tras el parto las hormonas quieren volver a sus niveles iniciales, y el pelo empieza a caer que da susto, y en mi caso tanto que me veía el cráneo, vamos tres pelos de rata y todo el día despeluchando, porque tampoco ayuda mucho que tu bebé, cuando le das el pecho, juguetee a lo bestia con los pocos pelos que te quedan, y tire de ellos hasta que se queden en su manita, mientras una se imagina ya con peinado a lo Homer Simpson.



   Además, todas las medicinas y demás ungüentos milagrosos que venden para frenar la caída del cabello o estimular su crecimiento, dicen que no son compatibles con la lactancia. Lo único que me pareció seguro probar fue la levadura de cerveza, que además decían que aumentaba la producción de leche materna, así que en teoría me venía genial, pero tampoco hizo el milagro que esperaba.

   Para el tema de los tirones de pelo de mi peque descubrí (tarde, por supuesto) que existían unos collares de lactancia, con los que los peques se entretienen, e incluso se los pueden meter en la boquita y masajearse las encías.

   También se pueden hacer caseros, con multitud de materiales y técnicas, como el crochet. Aquí hay un tutorial para hacer un collar de lactancia de forma fácil con trapillo:



   Los collares de fibra hacen que se quede impregnado el olor de mamá, con lo que a los peques les resultará aún más atractivo. Si tengo otro peque lo probaré, a ver si es verdad que se entretienen con eso y no me quedo calva perdida.

   Y no quisiera finalizar sin hacer mención a los pelos de mi Gansi. Cuando nació tenía algo de pelito, aunque no mucho, como algunos bebés que parece que salen con peluca.

   Es normal que a los bebés, ese primer pelito fino, se les caiga y poco a poco se les vaya viendo su pelo real. A algunos les cambia de manera uniforme, a otros por partes (que parece que tienen parches) y a otros, como mi Gansi, se les cae todo de golpe. Me dejaba las sabanitas de la cuna y del cochecito que parecía que en vez de un bebé allí dormía un gato, y se le quedó la cabeza como una bombillita.

   Tanto me impactó que me propuse que no le cortaría el pelo hasta que no lo tuviera extremadamente largo, aunque todo el mundo me dijera que le pasara la maquinilla o que le fuera cortando las puntas para que se le pusiera fuerte, cosa en la que yo no creo mucho, más bien pienso que el pelo aparenta ser más fuerte porque le has quitado la punta que era finita, pero el caso es que yo quería ver a mi Gansi con pelo, con melena a ser posible, aunque su pelito crecía muy despacio.

   No tuvo su primer corte de pelo hasta cerca de los 2 años, y porque después del verano se le había quedado ya un nido de paja imposible de peinar.

   Siempre me dio igual cómo fuera el pelo de mi Gansi, si era rubio, moreno, castaño, liso o rizado, mientras que no fuera como el mío, que me cuesta un rato domarlo para no parecer una zarrapastrosa, y cuando lo consigo viene un vientecillo y echa al traste todo mi trabajo.

   Y mi Gansi resultó tener un pelo único en mi familia, tanto que ni el Ganso ni yo conocemos antecedentes familiares con esas características, lo que es la genética. Mi gansi ha decidido tener tirabuzones bisbaleros, y me encantan, pero me vuelvo loca buscando la forma adecuada de cuidarlos y sobre todo de peinarlos. ¿Cómo narices se peinan unos tirabuzones? 


 Pues ahora imagínate esto todo enredado...

   Por la mañana amanece con la cabeza como un champiñón, y parece que va tomando forma por sí sólo, y curiosamente después de una sudorosa siesta es cuando se le pone más bonito.

   Se le encrespa un poco porque lo tiene muy fino, eso sí lo ha sacado de mí, por desgracia, aunque no sé si le irá cambiando con el tiempo, y yo espero que no, ains mis ricillos...


 Algo así son los pelos de mi peque al despertar...

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