domingo, 29 de junio de 2014

Es por tu bien

   La de veces que habré escuchado esta frase en mi vida: “Es por tu bien”. Y siempre quería decir algo que en ese momento parecía desagradable o negativo, pero que en el fondo o a la larga iba a ser positivo.


   Ya hubiera yo querido que en pleno puerperio, agotada, llena de dudas y estresada por querer atender a mi bebé y no dejar de lado ni mis estudios ni mis quehaceres domésticos, me viniera alguien y me dijera: “yo te limpio, te cocino y te hago la compra, y tú échate tranquila a dormir con tu bebé, que es por tu bien”.


   A ver, no voy a decir que no tuviera ayuda en absoluto, la verdad es que en ese sentido mi suegra se portó bastante, pero tal y como estaba de desbordada, cualquier ayuda era poca. El caso es que el “es por tu bien” nunca te lo dicen para algo que te va a gustar, y a mí me lo dijeron muchísimo, y ahora sé que quien me lo decía, aunque agradezco su preocupación, se equivocaba.


   Pues me decían que dejara de darle el pecho a mi peque “por mi bien”. Sí señoras y señores, ya cuando se aburrieron de decirme que dejara de darle teta “por su bien” (porque no le alimentaba, se quedaba con hambre, le salieron durante un tiempo engordaderas, hasta los cólicos que tuvo eran por eso..), cuando vieron que se equivocaron (o al menos espero que lo vieran, aunque no hay más ciego que el que no quiere ver), llegó el “quítale la teta, es por tu bien”.




   ¿Y qué bien podría hacerme a mí dejar de darle el pecho a mi peque? ¿Qué mal me estaba causando? Pues éstas son algunas de las razones que me daban:

  • Que no te deja dormir por la noche. Está demostrado que los bebés se despiertan por la noche independientemente de que tomen teta o biberón. Los despertares están relacionados con la maduración del cerebro y del ciclo de sueño. Sí que parece que los bebés de pecho tienen algunos despertares más, pero también se vuelven a dormir muchísimo antes y con más facilidad. Además, quitarle el pecho por la noche de golpe lo que hará será precisamente el efecto contrario, los despertares aumentarán porque el peque echará de menos su tetita, y nos costará Dios y ayuda que se duerma sin ella. A pesar de ésto, aún se escucha a muchas madres decir: “le voy a quitar la teta por la noche, es que no puedo más, necesito dormir”. Pues querida, anda prueba y luego me cuentas si es verdad que dormiste, sobre todo si tu peque ya es “mayorcito” y toma el pecho más que nada y precisamente para conciliar el sueño.
  • Que te tiene todo el día esclavizada. Pues todo depende de cómo te lo tomes. Si para dar el pecho te tienes que ir a la mecedora y poner el cuarto en penumbra, y no hacer nada más, probablemente sientas que te llevas todo el día así, pero yo con el tiempo aprendí a compaginar mi vida con las necesidades de mi peque, y le he dado el pecho en cualquier ocasión: mientras nos bañábamos, mientras comíamos en un restaurante, de compras, limpiando el polvo, haciendo un sándwich, leyendo un libro, mirando el correo, arreglándome para salir... ¿alguna vez has dado el pecho a tu peque en una situación que te parezca insólita?
  • Que se va a malacostumbrar y luego no se la vas a poder quitar. ¿Por qué la gente da por sentado que voy a querer quitarle la tetita a mi peque en algún momento? Sí que es cierto que desde que mi menstruación se dignó a reaparecer en mi vida tengo los pezones ultra sensibles y cuando mi peque mama me dan tantísimas molestias que desearía que se destetara, pero esto ha sido algo con lo que no esperaba encontrarme, yo no planeaba ni planeo un destete, aunque me lo planteo a veces, pero lo veo tan imposible que sólo rezo para que el momento llegue por sí solo.
  • Que va a ir a la universidad tomando tetita. Estamos tan poco acostumbrados a ver a un peque de más de 6 meses tomando el pecho que cuando vemos uno ya pensamos que está enviciado y no lo va a dejar nunca. Resulta difícil entender que un niño se destete sólo, que cumpla 2, 3, 4 años y deje de tomar tetita sin que nadie se lo diga, y todo porque no estamos habituados a verlo. Estas burlas, que se hacen sin aparente mala intención, resultan molestas e incluso ofensivas, sobre todo cuando a una ya es la quincuagésima vez que se lo dicen, y empiezas a buscar respuestas elocuentes, que a ser posible tengan un trasfondo de “métase usted en sus asuntos”.

  • Que te estás quedando demasiado delgada. Hay mujeres que durante la lactancia no bajan de peso, algunas incluso hasta ganan algún kilito, pero por lo general se adelgaza, porque se queman muchas calorías en la producción de leche. A mí me vino fenomenal para perder los kilos del embarazo (18 nada menos), y llegué a mi peso inicial enseguida (de hecho, no tardé ni un par de semanas en ponerme mi ropa de antes del embarazo), pero una vez llegué, seguí perdiendo y perdiendo, hasta quedarme “consumidita” (palabras de mi madre querida), aunque comía como un ogro. Tanto perdí que llegué a pesar lo que no pesaba desde antes de mi adolescencia, y que me planteé comprarme la ropa en la sección infantil porque todo me estaba enorme y los únicos vaqueros que no me hacían bolsas eran los del Bershka (esos que no sabes si son para humanos o para anguilas). Y por supuesto fui al médico y me hicieron mil pruebas, pero todo estaba normal, y es que mi peque me hacía gastar más calorías de las que era capaz de consumir. Pero no era sólo por el pecho, es que tener un hijo supone un desgaste físico aunque le des biberón, los niños corren, te piden juego, te piden que los aúpes y los dejes otra vez en el suelo, o que les lleves a caballito, te hacen levantarte por la noche (incluso si duermes con ellos te puedes tener que levantar a por agua o porque han vomitado la cama y hay que cambiar todo), te hacen correr, agacharte y sudar más que Osmin. Ya contaré más adelante cómo afronté este problema, ya que comprendía la preocupación de mis allegados, pero ahí sigue mi peque con su tetita y yo conseguí no llegar a la raspa.



   También más adelante me ocuparé de otros "por tu bienes" que les dedicamos los padres a nuestros hijos.

   De momento, lo que más ha terminado siendo “por mi bien” ha sido no hacer caso de los comentarios de los demás, y ser firme en mis convicciones. Por eso mamás del mundo, haced lo que os dicte vuestro corazón y vuestro instinto, es por vuestro bien.

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