domingo, 24 de noviembre de 2013

Y yo que creía que (6) quedarse embarazada era fácil

   “Pero si basta con una vez, si todas las embarazadas que conozco se han quedado a la primera, o accidentalmente. Vamos, que todas esas series de adolescentes que toman la píldora, usan preservativo y aún así se quedan preñadas de una vez, no pueden estar equivocadas (no exagero, he visto series así, y pretendían ir en serio), por no hablar de todos los casos de embarazos adolescentes indeseados en los que las pobrecillas no sabían lo que hacían esa única y exclusiva vez. ¡Será mejor que tenga mucho cuidado! No sea que mi pareja, con un soplidito, me preñe antes de que esté preparada.”

   Así de fácil pensaba yo que era quedarse embarazada. Y es que estos casos de gente que se lleva años buscando sin conseguirlo me parecían una minoría. “No, si eso es que hay algunas personas raras que son infértiles o empiezan a buscar muy mayores, y al final se tienen que hacer la in vitro o adoptar”.

   Parece ser que hay cierta vergüenza en decir abiertamente: Pues sí, llevamos ya unos meses intentando ser padres. Posiblemente, porque siempre va a haber alguien que de por sentado que la pareja tiene algún problema de fertilidad, o que presione cada vez que les ve preguntando: ¿Aún nada? O que les suelte, inflando el pecho como un palomo: ¿Ah si? Pues yo me quedé a la primera, y eso que usaba anticonceptivos, no sé ni cómo pasó, si es que soy taaaan fértil, y mi marido... ¡un tigre!, vamos que donde pone el ojo, pone la bala ¡qué machote!...



 "Soy machoman, y te preñaré sólo con mirarte una vez"


   Por eso, como según todos los que conocía, era algo tan básico, la ecuación parecía sencilla: óvulo (todos los meses hay por lo menos uno, eh) + espermatozoide = embarazo seguro, y embarazo = bebé.

   Lo primero en que descubrí que me equivocaba fue, tras la historia de mi primer huevito, la última parte de la ecuación. Y en mi periplo por averiguar qué podía haber fallado, aprendí cosas sobre la fertilidad que me sorprendieron, francamente.

   Para empezar, la mayoría de esas historias de “a la primera”, tenían que ser, estadísticamente, falsas o exageradas, ya que para que se produzca un embarazo tienen que coincidir bastantes factores, y otros tantos para que el embarazo prospere.

   Lo normal es que ovulemos una sola vez al mes (en ocasiones ninguna, especialmente cuando vamos teniendo más edad, o los tan comunes quistes ováricos), y que esta vez se produzca prácticamente siempre en el mismo momento de nuestro ciclo menstrual, si es que éste tiene cierta regularidad (cierto es que se dan circunstancias en que esto sucede de otra manera, pero no quisiera extenderme demasiado con la explicación). Una vez que ovulamos, el óvulo sólo vive entre 12 y 24 horas, aunque como el esperma tiene una esperanza de vida, dentro de nuestro cuerpo, de varios días, podríamos decir a groso modo que sólo somos fértiles aproximadamente una semana al mes.

   Pongamos que hemos hecho coincidir en tiempo y en espacio nuestro óvulo con un esperma lo bastante fértil y activo como para alcanzarlo con éxito, y que se ha producido la fecundación. Pues ahora toca que ese óvulo fecundado se implante exitosamente, para lo que, de nuevo, tienen que suceder diversos acontecimientos, entre ellas de índole hormonal.

   Suponiendo pues que el óvulo fecundado se implante en un ambiente “chachi”, y que nuestras hormonas hayan permitido que la fase lútea de nuestro ciclo tenga la duración adecuada, ahora queda esperar que no ocurra ningún “error fatal” (incompatible con la vida o con el crecimiento) en alguna de las miles de millones de divisiones celulares que tendrán lugar para que el feto crezca.

   Vamos, que hay muchísimas cosas que pueden fallar. Y teniendo en cuenta todo esto, lo que parece sorprendente es que consigamos quedarnos embarazadas a pesar de ello. Así que dedico un mensaje a todas aquellas premamás angustiadas por una búsqueda infructuosa, agobiadas por haber sufrido alguna (o varias) pérdidas, o incluso al borde de la depresión por no haberse quedado “a la primera”, ya preguntándose si es que les pasa algo malo:

   No creáis ni la mitad de lo que os dicen las embarazadas “a la primera” de vuestro entorno (algunas habrá, pero otras muchas no). No os sintáis avergonzadas ni infértiles (de hecho, no hay vergüenza alguna en ser infértil, qué caramba). Sois completamente normales. Lo normal es que se tarde un tiempo en hacer coincidir tantos requerimientos. Y sobre todo, relajaos, porque el estrés no hará más que empeorar las cosas, alterar vuestros ciclos y vuestros niveles hormonales, y no temáis haceros un saludable chequeito médico de vez en cuando.

   Y en nuestro caso, pues sí, queríamos ser padres algún día, y más bien pronto que tarde. No es que buscáramos muy activamente, sino que simplemente no poníamos cuidado, así que en algún momento tenía que suceder, y sucedió.


"¿Ah si? Pues yo a la primera las 11 veces..."

2 comentarios:

  1. Sí que es verdad que es mucho más complicado de lo que parece... Ayuda mucho notar la ovulación, cosa que no a todas les pasa. Y también el ser regular. Pero cada cuerpo es un mundo.
    ¿Lo mejor? Intentarlo y no desesperar ni estresarse, que llegará cuando tenga que llegar. :)

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    1. Mu cierto! Jejeje Yo creo método más efectivo es pasar un poco del tema, darle alegria a tu cuerpo cuando te lo pida y el día menos pensado llegará una sorpresita ;)

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